miércoles, 30 de mayo de 2007

Siempre votando a los mismos

Hoy comienzo una serie de artículos que tratarán sobre el resultado de las elecciones autonómicas y municipales. En primer lugar, me gustaría contar mis impresiones sobre los resultados a nivel nacional.

Estas elecciones han quedado marcadas por varios motivos, pero para mí el más esencial es que ha definido la fórmula para ganar las elecciones para alcaldes y presidentes autonómicos, basada en las 3 C: construcción, corrupción y contaminación.
Han revalidado mayorías absolutas alcaldes de toda España acusados de corrupción, algunos pillados en flagrante delito y al parecer cuanto mayor el escándalo, mayor el número de votos. Ha arrasado el PP en Melilla pese a saberse que falsificaba votos por correo y los cambiaba por bocadillos. Que una cosa es la presunción de inocencia y otra es votar masivamente a imputados en corrupción.

Los presidentes autónomicos y alcaldes que se precian de destruir el ecosistema a cambio de poner ladrillo por todos lados. Felicito en especial a Ramón Luis Valcárcel, presidente de Murcia que incluso ha ganado un diputado, de su ya de por sí amplísima mayoría porque ha hecho que en Murcia se vea más verde que nunca. Claro que inundar la región con menos precipitaciones de España en época de sequía con campos de golf no es muy sostenible, sobre todo si luego se quejan porque sus regadíos no tienen agua.

Pero la fórmula infalible es hacer obras por todos lados, dónde la gente al ver obras que les dificultan el paso y producen atascos y pérdida de tiempo y dinero, deciden votar a quién las hace, pese a que no le solucionen nada y le produzcan muchos problemas. Por citar dos ejemplos, el alcalde de Madrid con sus faraónicas y chapuceras obras de la M-30, ha subido espectacularmente. El otro ejemplo, es de un pequeño pueblo de Extremadura, Villanueva de la Serena, cuyo alcalde, pese a cortar las principales calles de la ciudad durante el último año y medio y hacer chapuzas y obras mal acabadas, ha subido 20 puntos en las elecciones y subiendo de 11 a 16 concejales sobre 21.

También da muchos votos una cuarta C, la Crispación, pero de ésta ya hablaré en otro artículo más adelante.

En definitiva, que al apoyar a éstos y otros personajes, de los cuales podría pasarme años escribiendo, decidimos una política de continuismo del poder local, ampliamente enraizada, y decidimos que más vale malo conocido..., aunque eso signifique tener un alcalde o un presidente que destroce nuestro pueblo o nuestra región, pero todo sea por la costumbre.

Si es que los principales culpables de la especulación urbanística son aquellos que votan a alcaldes corruptos que sólo se preocupan de engordar su bolsillo y su patrimonio inmobiliario y no el de su municipio. Y luego nos quejaremos. Tenemos los gobiernos que nos merecemos

martes, 22 de mayo de 2007

No a Extremadura

Buenas, ¿que tal? Hoy vengo a hablaros de un tema del que se ha hablado mucho últimamente en mi región.

Durante mucho tiempo, y en especial, en el último año, algunos que se autoproclaman como defensores de Extremadura, la han defendido de la que ven su enemigo más terrible, la industrialización. Se oponen a todo lo que represente progreso o modernización, estando dónde lo que más importa es defender los intereses de terratenientes y cigüeñas.

Extremadura es una región con una falta endémica de empresas, y se perpetuara la situación porque a lo que en Alemania, Cataluña o el País Vasco se recibe con los brazos abiertos, en Extremadura es una perversión que intenta destruirnos. Aquellos que se ponen la etiqueta de querer un espacio más limpio, no se preocupan de la gente que quiere un trabajo.

Se rechaza de plano el proyecto industrial más importante de la historia de Extremadura, la tan traída refinería. No contentos con eso, también rechazan las térmicas, e incluso, eólicas porque al parecer no se puede poner en ningún rincón de Extremadura industria, porque todo espanta al turista rural.

Desengañemonos, turismo rural no puede haber tanto. Vendrá de Madrid y los alrededores porque nadie coge un avión para ir al campo, campo hay en todos sitios.

Aunque personalmente para mi lo grave no es que haya gente que se oponga al desarrollo industrial de Extremadura y defienda que debemos vivir de las subvenciones de Bruselas (a quién se las den, al resto que se muera de asco), el mayor problema es la imagen que estamos dado a la clase empresarial de hacer manifestaciones constantes por cada proyecto empresarial. Desde luego, si al final la presión Popular echa por tierra el proyecto de Refinería, cuando un empresario piense poner una empresa en Extremadura, se lo pensará mejor y lo pondrá en otro sitio, en Madrid, en Cataluña o en Navarra, no en Extremadura, dónde sobran industrias.

Cuando menos es preocupante que el principal tema de una campaña electoral es decidir si un empresario puede crear 3.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, en una región con el 17% de paro.

Me sorprende hasta cierto punto y a la vez me decepciona, que los representantes de un partido que se proclama liberal, intenta primero indicar a un empresario dónde poner su empresa, que acorde a los principios de libre empresa y el laissez-faire (dejad hacer), tan propios de la derecha liberal y después se oponga a la creación de empresas defendiendo un repentino interés por el medio ambiente.
Claro que un candidato que solo habla del País Vasco y de ANV y de Juana Chaos en las elecciones a Extremadura ha perdido bastante el norte. Pero que poco propio de un partido neoliberal oponerse a la creación de empresas.

Pero lo que si que me decepciona es mucha gente en teoría "de izquierdas" pueda oponerse a una serie de proyectos que abortan la formación de una clase obrera en beneficio de una pervivencia de un sistema eminentemente agrícola en un territorio dónde las desigualdades en el campo son patentes. En resumen, que subterfugiamente y supuestamente defendiendo un pretendido ecologismo, están perpetuando una situación de dominio de la clase terrateniente en la región. Y lo peor es que en la sociedad extremeña parece un tabú ponerse de parte del progreso.

Porque no nos engañemos, la refinería contamina, sí, pero es necesaria, y nos va a contaminar igual esté en Navarra, en Murcia o en Vigo que en Villafranca, pero no obtendremos ningún beneficio si se va fuera, aparte que si se va ya no vendrán otras empresas. Extremadura está ante su última oportunidad y no podemos desaprovecharla.

Y los que dicen que van a estropear el turismo rural y el vino de Tierra de Barros, les digo tres cosas: primero, el vino de La Rioja Alavesa es uno de los mejores del mundo pese a estar en el hiperindustrializado País Vasco, segundo, la región con más turismo rural es Cataluña, y tercero, el vino de Tierra de Barros no tiene mucho prestigio si salimos de Extremadura.
Y finalmente una reflexión: si Extremadura con el 2'4% de la población tiene el 25% del espacio protegido en España, ¿por qué debemos dar todas las empresas a otras regiones y forzar así a que la gente se vaya a otras regiones? ¿No tienen acaso suficientes pueblos para todos los turistas rurales que aparezcan

Extremadura, no se puede seguir dejando escapar oportunidades como está, aunque algunos con buenos puestos en la Junta o en el negocio de papi, se olviden de quién más lo necesita.