lunes, 8 de junio de 2009

Europa gira a la derecha

Las elecciones del pasado domingo han dejado un claro ganador en el Parlamento Europeo, la derecha, y dos claros perdedores: la izquierda y Europa.

Los partidos de centro derecha han experimentado un fuerte auge en todos los países y se han sobrepuesto a todos los problemas que pudieran tener. Tenían, como se dice, una estrella, simbolizada en el apoyo ciudadano a sus políticas y nada ha podido con ellos. Veamos algunos ejemplos:

-Francia: Sarkozy se afianza como presidente tras innumerables crisis en su corto período de tiempo, su gestión caótica y en unas elecciones que casi siempre suelen castigar al gobierno. Sin embargo, ha contado con el favor ciudadano y la inestimable división de la izquierda.

-Alemania: la CDU ha ganado pese a presentarse separada de la CSU lo que da prueba de la magnitud de su victoria. Las fuerzas de la derecha acumulan más de la mitad de los votos.

-Italia: ni los escandálos de las velinas han podido con Berlusconi. Sólo ha reducido su victoria prevista de 15 a 6 puntos.

-Chequia: ni la exhibición del miembro de Topolanek ha ayudado a la caída de su partido. La derecha checa sigue firme.

Y así, en casi toda Europa. Prueba de la derrota sin paliativos de la izquierda, esta en las palabras de Leire Pajín, "hemos conseguido el mejor resultado de los socialistas europeos" tras una clara derrota contra el PP, simboliza la catástrofe socialista de estas elecciones.

El PP ha ganado con claridad en España, pese a un candidato malo dónde los haya, derechista trasnochado, tan trasnochado que casi se duerme durante la celebración de la victoria electoral, vago, nostálgico del franquismo y condescendiente con los abusos a menores. Aún así, gano, gracias a la crisis, pero se impuso con claridad.

Con todo ha habido también buenas noticias con la Europe Ecologie, de Daniel Cohn-Béndit, símbolo (aunque sólo sea eso) de mayo del '68 en coalición con José Bové, altermundista y líder de la Francia rural, que ha conseguido un 15% de los votos, el Partido Pirata, partidario de la libre difusión de la cultura, que ha obtenido un fantástico resultado de un 7'1% y los anticapitalistas del NPA que con un 4'8% casi han llegado al Parlamento (de no haber sido por la división fraccionaria de la izquierda francesa) y las victorias en Dinamarca, Malta y Grecia de los socialistas y el claro giro a la izquierda de Suecia.

Y aquí se acaban las buenas noticias. El PPE ha ganado con una claridad aplastante, los conservadores se afianzan y la izquierda retrocede. El retroceso de la izquierda, en especial, la institucionalizada, se basa en no haber sido capaz de articular un discurso contra la crisis propio y el descontento de sus electores que no han visto desde hace mucho su orientación social. Las alternativas a la izquierda, excesivamente fragmentadas y con poco poder mediático no han llegado al público en la mayoría de los casos.

La derecha ha subido espectacularmente gracias al hundimiento del PSE, con un aumento destacable del poder del PPE, que se configura como fuerza hegemónica de la Cámara y de Europa, y la subida de los euroescépticos y los partidos de extrema derecha.

En definitiva, los ciudadanos han elegido una Europa más escorada a la derecha. Su apatía por las últimas decisiones, con las que la abstención no para de crecer, como las 65 horas o la directiva de la vergüenza, ha reforzado estas posiciones. Los europeos han elegido menos Europa, con mayor peso de los partidarios de las "soluciones nacionales" y los euroescépcticos y menos política social.

Lo que demuestra, que los europeos, en la primera elección masiva tras la crisis han elegido reforzar en lugar de refundar el capitalismo a base de darle su voto de confianza masivo, han votado mantenerlo y que nos saquen de la crisis aquellos que la han provocado y que la derecha nos saque de la crisis.

En definitiva, los europeos han elegido el capitalismo liberal como sistema para después de la crisis y ha confiado en la derecha para afrontar estos duros momentos. Los derechos sociales los dejan para otro momentos.