miércoles, 21 de mayo de 2014

Las elecciones europeas, unas elecciones diferentes


El próximo domingo son las elecciones europeas, unas elecciones marcadas por un previsible triunfo rotundo de la abstención, motivada de unos índices récord de desafección de la política combinado con una         
no-campaña como estrategia, con excelentes resultados, del Gobierno.

En ella el Partido Popular, que vive en un país multicolor en que no hay crisis y España va pero que muy bien, se presenta con un Cañete centrado en temas agrícolas, y pretendiendo que no se le vea mucho (ni a él ni a sus tics machistas), llegando hasta el punto de convertirse en un Na'avi de Avatar y confundirse con el fondo del cartel. Su objetivo es que la campaña pase rápido, que la gente no se entere de que hay elecciones, y conseguir la victoria que les auguran las encuestas. Los dos primeros objetivos son fáciles, el tercero veremos.

El PSOE, con Elena Valenciano se centra en la igualdad y su defensa del aborto y las críticas (por otro lado evidentes) a los recortes de Rajoy. Buenas propuestas pero le falta credibilidad y llegar a la gente, mientras esperan dar la sorpresa y conseguir una victoria pírrica que les dé su primer triunfo y frene la espiral de debacle en la que llevan instalados desde el inicio de la crisis

Izquierda Unida se presenta con fuerza, con un crecimiento que le puede llevar a un 15% o casi, pero no más allá, ese es su techo de cristal. Tiene buenas propuestas, una política coherente pero no consigue atraer a otros partidos y hay gente que, incluso coincidiendo punto por punto sus ideas con el programa, así los maten no vota a IU. Falla su política de comunicación, su candidato no llega y hay otros de partidos más minoritarios que son más conocidos. Le falta atraer a personalidades a su formación. Sin embargo, tienen el mérito de haber sido 15-M antes de que éste existiera.

UPyD y Ciudadanos se disputan el voto de más o menos el centro-derecha harto de la política devastadora del PP. UPyD espera un gran crecimiento apoyado en su lucha contra el terrorismo (ahí está Maite Pagazaurtundua) y Ciudadanos da el salto a la política nacional acompañada de un gran tertuliano, y esperemos que gran político como Javier Nart.

Respecto a las nuevas formaciones progresistas, surgidas al calor del 15-M y las mareas, no han conseguido llegar a una candidatura conjunta y han primado los personalismos en vez de un partido que podría haber constituido una fuerza alternativa. La que más opciones tiene es Podemos, encabezada por Pablo Iglesias, aunque también cabe destacar el movimiento RED, con Elpidio Silva y el Partido X, liderado por Hervé Falciani, dos hombres que no temen a la banca.

Capítulo aparte es VOX, desencantados del PP que denuncian sus propios vicios y encabezados por un Vidal-Quadras que quiere aferrarse a su incómodo sillón de oro.

Distinto es el caso de La Primavera Europea, que ha conseguido organizar una coalición heterogénea encabezada por Equo con varios partidos verdes y progresistas en busca de una Europa más sostenible. Destacar también al Partido Animalista, PACMA que puede dar alguna sorpresa aunque el soñado euroescaño está muy caro.

Quién si que puede dar la sorpresa es la Esquerra por el derecho a decidir, coalición de partidos catalanes.

También me gustaría resaltar mi alegría por ver dos partidos extremeños, máxime cuando en las elecciones regionales no hubo ninguno, ya que se presentaban en coalición con PP, PSOE e IU.

Hasta aquí, todo más o menos como siempre. Pero lo que diferencia estas elecciones de las anteriores, es que en vez de elegir a quién no votar, por primera vez, tenemos una serie de candidatos en las listas que al contrario de los políticos actuales no tenemos con votar "tapándonos la nariz" sino orgullosos y por fin podamos decir aquello de que "sí, que sí nos representan":

-Herve Falciani, el hombre que destapó las cuentas en Suiza y que hizo pagar a la familia Botín 200 millones de € y a muchos más. Eso si que es reducir el déficit público. O Raúl Burillo, también del Partido X, que ha luchado desde la Agencia Tributaria denunciando el fraude fiscal.

-Elpidio Silva, el hombre que metió un banquero en la cárcel y desde entonces es perseguido por la propia "Justicia", que ha fundado un nuevo partido

-Pablo Iglesias, que hace siempre análisis lúcidos y cuenta las verdades que otros callan. O Pablo Echenique, con su genial blog "De retrones y hombres" habla de discapacidad con la naturalidad que hacía mucha falta.

-Javier Nart, un abogado y ex-corresponsal de guerra, culto y diestro en el debate y un político inteligente, que buena falta hace en este país.

Por no mencionar que hay un candidato al Parlamento Europeo, que nos ofrece un destino alternativo, Alexis Tspiras al Pacto por la Inestabilidad y el Decrecimiento de Merkel y sus amigos.

Creo que en estas elecciones hay dos objetivos:

-Que no las gane el PP, porque así continuarían con sus políticas que están destrozando España y nos están llevando a la ruina y se verán confirmados en que hacen bien en el camino a la perdición de España, ya que cualquier economista o mínimamente entendido sabe que no sólo son políticas injustas sino además muy ineficaces para acabar con la crisis y menos aún con el paro.

-Y conseguir que entre gente nueva en el Parlamento Europeo, políticos que por fin defiendan a la gente y no sus privilegios, gente que no tiene miedo a enfrentarse a los poderes fácticos de aquí y de Europa.

De nosotros depende que entre no tengamos que sentir vergüenza de aquellos que nos representan, y porque sería mandar un mensaje muy triste que los españoles preferimos a los políticos del PP y a ciertos políticos del PSOE que a gente como la de IU, a Blesa que a Elpidio Silva, a Botín que a Falciani y a Marhuenda que a Pablo Iglesias.

Por eso, estoy convencido de que hay que votar, porque el voto nulo no trasciende, las miles de papeletas que en las últimas elecciones pedían suprimir el Senado o denunciando el sistema se quedaron meras anécdotas y la abstención no pasa de ser un tema para los periódicos el día siguiente o que comenten los tertulianos en el post debate, y al día siguiente los grandes partidos olvidarán la alta abstención y sólo mirarán los resultados. Porque una abstención del 60, el 80%, con tal de ganar, no le importa a nadie.

Por eso, si queremos cambiar el sistema lo que hay que hacer es hablar, el domingo en las urnas y a partir del lunes en la calle.

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