lunes, 4 de mayo de 2015

Sobre las elecciones andaluzas

He dudado mucho en escribir este artículo. Iba a escribirlo antes, pero el tiempo se me ha echado encima y después dudé de si ya era demasiado tarde, pero al final me he decidido, básicamente porque cada vez tiene más dimensión el tema. Y el tema es, precisamente, las elecciones andaluzas y el efecto que ha tenido en todos los partidos que se presentaron.

Pocas veces unas elecciones regionales han tenido un efecto tan abrumador sobre las expectativas de los partidos y por eso, hoy no voy a analizar los resultados, por todos conocidos y a alguno que ya casi se le ha olvidado, sino como queda para cada partido. Empecemos:

PSOE. El ganador de la jornada. Se presentaba vapuleado, con las encuestas tirando hacia abajo, crisis por todos lados y sin acabar de ser una alternativa viable. Y, sobre todo, con el estigma de perdedor. Pero llegó la jugada maestra de Susana Díaz, disociar las elecciones andaluzas del resto para conseguir una victoria y hacerle un favor al partido y a ella misma y mostrar que el que golpea primero, golpea dos veces. Demuestra que el PSOE está vivo y puede, al menos, mantener su cuota de poder y una plataforma para volver a ser grande si los próximos resultados no acompañan. Aunque lo tenía todo a favor, PP, Podemos y Ciudadanos sin estructura en la organización e IU con el pie cambiado. El PSOE se recupera, pero sería como decir que un delantero que marca a puerta vacía esta en plena forma. Veremos cómo le va cuando toquen escenarios más adversos. Al menos, conserva su bastión.

PP. Con un candidato desconocido (no sé si es bueno o malo) fracasa en un territorio dónde, ERE mediante, podía haber hecho daño al PP. Gran error apoyarse la campaña en Mariano, tan poco querido al sur de Despeñaperros (menos incluso que en el resto de España). Aunque se contenten con que el resultado podía haber sido incluso peor, el hecho de perder medio millón de votos en un lugar dónde ya es oposición es preocupante y el subidón de Ciudadanos a su costa más preocupante aún. De todas formas, era dónde el PP podía permitirse perder, ya que este año el objetivo no es aumentar gobiernos, es conservar el poder que ya tienen, lo que ya de por sí es una tarea titánica. Mariano sigue en modo espera.

Podemos. Buen resultado pero peor de lo esperado. Un 15% es un resultado notable, sobre todo teniendo en cuenta una candidata sin demasiado tirón salvo en sus bases, una convocatoria hecha a contrapié para que casi no pudieran organizarse y una región dónde tienen uno de los menores apoyos de todo el territorio nacional. Sin embargo, la apatía se ha instalado en la organización, que parece cuesta abajo justo cuando más tenía que reaccionar.

Ciudadanos. El gran ganador de la jornada. Un resultado increíble, un 9%, tantos diputados en Andalucía como en Cataluña suponen el salto a la política nacional y poder ser decisivos en el Gobierno andaluz, una comunidad en teoría hostil. Con un candidato desconocido para el gran público (y para casi todos los andaluces), apoyados en Albert Rivera, el resultado es envidiable. Confirma unas encuestas que hasta entonces parecían fantasía y el gran apoyo que despierta, pese a que muchos de sus electores desconocen sus propuestas. Para ellos, el cielo es el límite y harán bueno cada resultado en las autonómicas y municipales que puedan. No les quepa duda. Y pueden ser la campanada de las generales.

IU. Izquierda Unida sufre un inmenso desgaste por la ruptura del pacto de Gobierno y se queda como la fuerza huérfana del parlamento, la única no decisiva. Paso atrás para la coalición, que pierde en Andalucía, uno de sus puntos fuertes, gran parte de sus votos y sigue en su eterna dicotomía de apoyar o no al PSOE. Sin embargo, lo peor es la fractura en la organización, en Madrid, Extremadura y muchas otras federaciones dónde pueden quedar fuera por el límite del 5%. Podemos les está haciendo mucho daño y todavían no saben como reaccionar. Las municipales y autonómicas serán decisivas si sus votantes se aclaran si que papeleta meter en el sobre (Ganemos o no).

UPyD. El gran fracasado de la noche, sin lugar a dudas. Los pésimos resultados, pese a que no son fuertes en Andalucía ni estaban presentes, quedándose muy lejos de entrar en el Parlamento, puede significar que no sólo no entren en muchas instituciones sino que salgan de muchas de ellas y que los sondeos sobre su caída y sustitución por Ciudadanos eran reales. Desde ese momento, el partido ha entrado en pánico, y en un sálvese quién pueda, los militantes huyen de la formación, especialmente a Ciudadanos, por su cercanía ideológica y por su disposición a abrazar a políticos de otras formaciones que renuncien a sus siglas y se unan a su proyecto. La situación es tan crítica que incluso los miembros de la dirección, elegidos en base a una lealtad inquebrantable a Rosa Díez, se han distanciado de ella. Qué mal está la cosa cuando tus fans te abandonan, pero allí muchos temen peligrar los garbanzos que a la postre era lo que a muchos les importaba. Rosa Díez, sin embargo, sigue inquebrantable, aguantando el bastón de mando al menos hasta mayo, ya que a ella le vale con conseguir un escaño que le permite seguir en el Congreso y su supervivencia política. Aunque a este paso, hasta eso está en riesgo.

Y, por último, una opinión sobre la legislatura andaluza. Para Susana Díaz, lo importante es conseguir el apoyo en la investidura, una votación sobre su persona. Mi apuesta es un pacto con Ciudadanos, aunque pueda significar un giro al centro-derecha. Una vez elegida, en un parlamento tan fragmentado, difícil será no sacar adelante sus medidas, ya que la que no apoyen unos (Podemos-IU), seguramente la apoyen otros (Ciudadanos-PP). Sólo necesitará un poco de mano izquierda, que estoy seguro de que si quiere y no le llega el mesíanismo del pacto "sólo con los andaluces" será capaz. Ella puede.

No hay comentarios: