lunes, 11 de abril de 2011

Una solución para el mundo del cine

Recientemente hemos conocido al nuevo presidente de la Academia de cine, Enrique González Macho. Por sus primeras declaraciones, creo que vuelve a alejar al mundo del cine del público en general y de los colectivos de internautas en particular, respecto al avance que supuso Álex de la Iglesia.

El mundo del cine debería, para empezar, dejar de mandar mensajes, a través de sus representantes "se os va a acabar lo gratis" o "vamos a acabar con la piratería". También debería de dejar de criminalizar a los usuarios de Internet e incluso enfrentarse a ellos e intentar como el anterior mantener canales de comunicación con el público (aunque sea internauta).

Pero sobre todo hay dos cosas que debería hacer:

-En primer lugar, dejar de culpar a la piratería de todos sus problemas. Si bien es cierto que la piratería ha podido dañar al cine, se concentran demasiado en ese problema para evitar ver otros. El cine español tiene una cuota de pantalla en los cines de en torno a un 15% y el porcentaje de películas españolas descargadas ilegalmente no llega al 5% sobre el total. Así pues, afecta pero menos que proporcionalmente que a las películas, esencialmente, norteamericanas. Además otros medios "tan innovadores" como la prensa, las revistas o la radio han resistido mejor la competencia gratuita de Internet.


-Y en segundo lugar, deberían rechazar el canon digital y medidas similares, debido a que parten de la premisa de que el usuario utilizará el soporte grabado (CD, DVD, Ordenador, etc.) esencialmente para la piratería. Esto no es bien visto por los ciudadanos al igual que actuaciones de exceso de celo por parte de la SGAE y sociedades similares en la búsqueda de sus ingresos (entrada ilegal en bodas, solicitud en casos de conciertos benéficos, petición de canon por emitir tv en hospitales, etc.). El cine y la Academia en general deberían evitar este tipo de prácticas excesivas y alejarse de la SGAE si no quieren acabar teniendo la misma mala fama. Igualmente debería rechazar que el canon lo cobrase la SGAE en vez de un organismo competente del Gobierno. Nada crea peor fama que un impuesto cobrado por una entidad privada, por muy buenos que sean sus fines.

El cine, aún tiene una oportunidad, de conectar con la sociedad si sigue el camino que empezó a marcar Álex de la Iglesia, dejar de ver Internet como un enemigo y verlo como un aliado, no el terreno dónde les roban las ideas, sino otro posible campo de negocio. Ver que Internet para el cine no es el futuro, es el presente. Para quitar argumentos a sus enemigos el cine debería:

1) Poner una opción para ver películas en Internet a un precio razonable, teniendo en cuenta que debe ser bastante más barata que la entrada de cine e incluso que alquiler en videoclub para aquellos que prefieran ver el cine en casa a la pantalla de cine.

2) Para los que protestan porque el excesivo precio de las entradas supone una barrera de acceso para la democratización de la cultura y que dicen que la cultura debería ser gratis, debería establecerse una opción para que personas de escasos recursos pudieran acceder a la cultura (cine, música o cualquiera de las otras artes) sin que fuera delito.

Y sobre todo buscar fórmulas y una solución negociada con ese colectivo llamado internautas, porque aún que sean muy críticos con la gestión de los derechos y la propiedad intelectual, si se implican tanto es porque realmente siguen teniendo interés por el cine. Los que se descargan películas igual que los que se descargan música tienen por lo general una media de interés por el cine mucho mayor que la media.

El cine debe renovarse, ya que actualmente esta centrado en un público muy juvenil, sobre todo teniendo en cuenta la altísima tasa de usuarios jóvenes que manejan Internet y canales alternativos al cine convencional, para extenderse a colectivos más amplios. Debe expandir su base social, aumentando la calidad de sus producciones y dirigiendolas a mayor variedad de públicos. Asimismo, debería negociar precios más bajos para las entradas sobre todo en una situación de crisis como la actual. Y buscar lo que guste al público de verdad, aquello por lo que estaría dispuesto a pagar una entrada aunque no sea forofo del cine. Y debería compatibilizar los canales tradicionales (la gran pantalla y videoclubs, esencialmente) con otros más cercanos a su público objetivo pero no tan rentables como Internet, como ya han hecho por ejemplo los periódicos o la radio. En definitiva, innovar. Y venderse mejor, contra la imagen de que el cine es caro, mostrar que una entrada vale lo mismo que, por ejemplo, una copa en un bar.

Y esto lo digo, como amante del cine y persona de esa minoría que aún va al cine con bastante frecuencia con el pack completo, entrada, refresco y palomitas.

Este es el reto para el mundo del cine y su gran desafío para el futuro.

Esperemos que esta película acabe bien.


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