Túnez, la primera revolución Wikileaks

En este artículo quiero felicitar al pueblo tunecino por haberse levantado contra el sátrapa Ben Ali y el poderío económico de la familia de su mujer, los Trabelsi.

La llamada "Revolución de los Jazmines" ha sido una rebelión pacífica, un grito de rabia ante los abusos de los poderosos y sobre todo una revolución democrática que llena de esperanza los corazones. Se abre un nuevo tiempo para la república tunecina.

El hastío y el hartazgo ante una corrupción rampante, una represión sin igual y el Estado-ladrón llevo a manifestaciones masivas, dónde los manifestantes se jugaron la vida, visto como se las gastan por esos lares los despóticos gobernantes.

La revolución tuvo su punto culminante a través de un acto más de inmundicia del gobierno. Un joven licenciado informático, que se había visto obligado a vender fruta por las calles por la ausencia de trabajo y perspectivas para los jóvenes, fue atacado y humillado por la policía por no tener "un permiso" para ejercer su actividad. Desesperado, decidió inmolarse en una comisaría. Se llamaba Mohamed Buazizi y fue la chispa que prendió la revolución.

Las manifestaciones se extendieron por todo el país, empezando en Sidi Buzid, pero extendiéndose a todo el país, en particular a la capital, Túnez. El Ejército se negó a masacrar a su población y pese a la represión y los intentos de apaciguar los ánimos, la revolución estaba ya en marcha y no había fuerza que la detuviera. El tirano Ben Ali tuvo que exiliarse junto a su familia.

Junto a Mohamed Buazizi, quisiera destacar a dos hombres: el comandante del Ejército que decidió no disparar a la población, evitando con ello un baño de sangre y haciendo posible el triunfo de la revolución y Mohamed Ben Kilani, el piloto que se negó a llevar a los Trabelsi en su avión. Dos hombres que representan mejor que nadie lo que ha cambiando Túnez en los últimos días.

Pero el caldo de cultivo de la rebelión junto a la palmaria corrupción fueron las revelaciones de Wikileaks que quito la máscara al régimen y lo descubrió como una de las peores tiranías del norte de África, el aplastamiento de la oposición y la corrupción y el saqueo generalizado por parte de las élites, sin minusvalorar la aportación de Anonymous y la lucha de la oposición en Internet, lo que se demuestra por la llegada al Gobierno de un influyente bloguero. Esta ha sido la primera revolución triunfante en la que ha tenido verdadera influencia Internet y, sobre todo, Wikileaks, lo que demuestra la importancia de la información para hacer unos pueblos más libres.

Desde entonces, se ha formado un gobierno provisional con ministros de la oposición, se ha anunciado una amnistía general de los presos políticos, elecciones libres con legalización de todos los partidos en dos meses y se han incautado todos los bienes de los Ben Ali y los Trabelsi sospechosos de haber robado.

El pueblo se esta comportando admirablemente, no hay saqueos pese a la ausencia de legalidad, mantienen sus protestas en lo que no están de acuerdo y lo llevan todo por cauces pacíficos, pero sin dejarse pisotear por nadie.

Se ha avanzado mucho pero aún hay riesgo de ir marcha atrás. Los leales a Ben Ali continúan causando disturbios, Gaddafi quiere desestabilizar el nuevo régimen y entre los países vecinos desean que esta experiencia democrática acabe en fracaso. Además, los duros años de represión han hecho que la oposición apenas exista y el Gobierno provisional se resquebraja. Túnez necesita los máximos apoyos para que se convierta en la primera democracia de la zona y la Unión Europea y el resto de democracias deberían apoyarla enérgicamente para que todo saliera lo mejor posible. La libertad se juega mucho en ello.

Amanece una nueva etapa en Túnez, no dejemos que se oscurezca antes de tiempo.