domingo, 3 de abril de 2011

Zapatero: una presidencia con luces y sombras

El anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de no volver a presentarse a las elecciones nos lleva a una reflexión sobre que ha sido su mandato.

Empecemos por el principio. Zapatero, aún no ZP, empezó dando la sorpresa consiguiendo liderar contra todo pronóstico el partido socialista en un momento en que andaba hundido. Tras su sorprendente victoria prometió un cambio tranquilo y contra todo pronóstico eso y su estrategia de pactos y su proverbial talante (se le considera reiventor del término) dieron resultados y se consolido como líder de la oposición.

Así llegaron las ilusiones y con su manera de hacer política consiguió numerosos apoyos. Sin embargo, la victoria parecía lejana. Yo me reconozco como uno de los pocos que creían en su victoria. Pero llegó el 11-M y todo lo cambió. La burda manipulación del PP otorgándole la autoría de los atentados a ETA, sumiéndonos en el descrédito internacional (llegando a censurar a Bush), mintiendo a los españoles y, sobre todo, deshonrando la memoria de las víctimas al plantear el dejar libres a los verdaderos autores de la matanza, le condeno al PP irremediablemente a la derrota y dio la victoria a Zapatero.

Que hubiera pasado sin el atentado, eso nunca lo sabremos.

El gobierno de Zapatero empezó bien, con la retirada de las tropas de Irak, la subida del salario mínimo y la Ley contra la Violencia de Género. Era un inicio muy prometedor. Junto a eso, el avance en derechos sociales (especialmente para mujeres y lgtb) y los mítines de Rodiezmo dónde anunciaba sus medidas más sociales le hicieron popular entre la izquierda.

Con la tregua de ETA demostró valentía y se jugó parte de su capital político en buscar la paz, que se dinamito por la intransigencia de la rama más radical (si es que no lo es toda) de ETA y el boicot del PP, pero sobre todo por los atentados de la T-4. Después, el acoso a la banda, a sus estructuras (en gran parte gracias al juez Garzón), la eficacia policial, la ha llevado a una situación de extrema debilidad, de la que el alto el fuego es su consecuencia más visible.

Uno de sus puntos débiles ha sido no haber podido con los poderes fácticos como se ha demostrado en sus apuestas que han quedado muy descafeinadas como la Memoria Histórica, dónde no pudo con la ultraderecha, o sus relaciones con la Iglesia.

Algunos errores que se quedaron a medias, aunque con el tiempo se han subsanado, han sido la Ley Antitabaco primero a medias y luego completada, y la IVE, finalmente regulada tras muchas dudas.

Aunque el gran logro de esta presidencia ha sido la Ley de Dependencia, una ley necesaria para ayudar a quiénes más lo necesitan. Y el mayor acierto, el carnet por puntos, que ha salvado miles de vidas y ha hecho de las carreteras un lugar más seguro.

En la política económica se ha ido a remolque de los ciclos, en la primera legislatura muy bien hasta que comenzaron los problemas. Zapatero y su gobierno no supieron ver la crisis que se venía encima y, no, no es disculpa que (casi) nadie la viera. Y cuándo llego, primero espero que pasase rápido, después tomo medidas para contrarrestar sus efectos, lo cuál fue positivo y finalmente dicto el mayor recorte de la historia de España.

Ahí, Zapatero, ese fatídico 22 de mayo, renunció a su programa electoral y cogió uno, sino impuesto, si que lo parecía, y se quemó a lo bonzo para salvar a España. No sabemos si sin los ajustes España hubiera sido rescatada o intervenida, pero erró al cargar la gran mayoría de los ajustes sobre las clases trabajadoras.

No se enfrentó al gran capital, subió impuestos indirectos, cuándo debía haber subido impuestos a las grandes fortunas y los bancos que constriñeron la economía salieron de rositas. La subida del paro fue efecto de la explosión de la burbuja que Zapatero no supo frenar, de unos empresarios que aprovecharon "la crisis" para recortar plantilla y explotar más a sus trabajadores y de unos bancos que cambiaron las reglas del juego sobre la marcha, junto a una caída de la demanda por todos estos factores.

Zapatero tuvo tres grandes errores, el no anticipar la crisis, ni cuándo se veía venir claramente, el cargar las tintas del recorte sobre las clases medias, especialmente las que históricamente le habían apoyado, en vez de sobre el gran capital que produjo la crisis, como se debe esperar de un gobernante de izquierdas, y sus excesivas rectificaciones sobre la marcha que dan idea de que ni se tiene un plan claro y definido ni se sabe cuál es el camino a seguir.

Estos errores, convenientemente amplificados por la derecha mediática y política, han hecho que fuese imposible o casi, que Zapatero pudiese presentarse con unas mínimas expectativas de victoria, pasase lo que pasase de aquí a las elecciones.

Pero lo que más factura ha pasado sin duda, es que haya intentado una salida de la crisis al dictado de los mercados y no una salida por la izquierda o al dictado de sus electores.

En la crisis ha habido muchos culpables, pero la culpa del Gobierno o de Zapatero ha sido magnificada, especialmente viendo el grado de descentralización en España, que ha sido sobre todo de agentes privados que operan independientemente de la decisión del gobierno de turno y que en las regiones y ciudades dónde gobiernan otras opciones políticas la situación no es muy distinta. Pero este país siempre necesita a alguien para echarle la culpa y la verdad, Zapatero tampoco se lo ha puesto muy difícil.

En definitiva esta ha sido la presidencia, muy resumida del Gobierno Zapatero, una presidencia con luces y sombras.

Pero sin lugar a dudas, Zapatero será, para bien y para mal, para todos, un presidente inolvidable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y qué "salida por la izquierda" habría sido posible? Quizás cargar los impuestos sobre las grandes fortunas creo que lo que habría hecho es ahuyentar la inversión en España, no crees?