Mañana se celebran elecciones generales en España. Unas elecciones que pueden cambiar muchas cosas para los próximos años y para el futuro de este país.
En un momento tan trascendental no podemos elegir a un líder que no sabe lo que va a hacer ni tiene ideas ni propuestas, más allá de unas cuantas perogrulladas y frases sin coherencia. No se merece un presidente que vaya a volver a poner una ley del aborto que funcionaba mal, una ley antitabaco que funcionaba mal y retroceder en derechos sociales años o décadas.
Porque él no dice nada pero si lo dicen sus partidarios. Recortes sociales, copago, restricción acceso a la sanidad, educación pública devaluada (para los que no puedan pagarse otra), bachilleratos elitistas, supresión de derechos sociales (matrimonio homosexual), igualdad de género, cosas consideradas como chorradas por el partido y por una gran parte de la sociedad española. Se silenciará al 15-M y a los que piden otra salida a la crisis dónde no se escaqueen los de siempre.
Por no hablar de lo que dicen comentaristas afines sobre la primacía de la voluntad de Dios que sobre los contrayentes de matrimonio, en otras palabras, supresión del aborto, el complot terrorista judeo-masónico rubalcabiano o la restauración de los "crímenes pasionales".
No podemos permitir que aquellos que quieren la ruina de un partido por encima de su bienestar sean los únicos que hablan en las urnas.
No merecemos un presidente que no tenga ningún plan, no sepa para que quiere ser Presidente del Gobierno y que niegue a los españoles un programa electoral. Es como toda esa gente del bar, aunque el es más de casino, que dice a mi no me gusta la política, pero luego ponen a parir a los socialistas, la izquierda, el 15-M, los sindicatos, los inmigrantes, los catalanes, los vascos (o terroristas como los llaman ellos) las leyes progresistas, la falta de autoridad en la educación (entendida como agresiones físicas sistemáticas del profesorado al alumnado) e incluso dejan caer que antes estabamos mejor, antes ¿de cuándo? Pero nunca criticando a los que generan las desigualdades, que ellos entienden como víctimas del socialismo o sus aliados. Pero claro, sin meterse en política.
Es igual que los tecnócratas de Bruselas, del BCE y de Goldman Sachs, que no son políticos pero tienen un programa muy político. Rajoy hace caso a su mentor de El Ferrol, Franco que siempre recomendaba: "haga como yo, no se meta en política".
Mañana decidiremos si queremos para nuestro futuro a personas que no van a luchar contra la evasión fiscal, la corrupción o los derechos sociales. Que mantendrán el Estado del Bienestar o lo que dejen de él, sólo si hay dinero en la caja, después de permitir que sus amigos defrauden o tengan impuestos más bajos. Personas que no van a discutir políticas de ajuste o aquellas que las discutirán y las enmendarán.
España es un país que se ha construido a base de errores históricos: nos equivocamos al expulsar a quienes había enriquecido nuestra cultura, en la ruta hacia las Indias (aunque con ese no nos fue tan mal), en las guerras de religión, al elegir a un Dios opresor, de enemigo en la Guerra de la Independencia, al confiar en Fernado VII, en la guerra civil. Y para más inri, el PSOE el partido que más tiempo ha gobernado en democracia (con no pocos errores) tuvo dos fundamentales: perder en 1996 y ganar en 2008.
Mañana tenemos ocasión de cambiar la historia. Todos estamos invitados.
2 comentarios:
Que penita para tí.
Pero ganó el PP
Como siempre, ha ganado el mejor. Rajoy.
Pero hablando de hacer historia, como dices en tú articulo.... lo que ha hecho historia de verdad, ha sido R10, con mas de un millon de votos a UPyD, nunca antes un partido ha crecido tanto, en tan solo 4 años y pico.
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