La Unión Europea ha vuelto a dar una nueva vuelta de tuerca en sus pretensiones. Bueno, en realidad, no la Unión sino un directorio de tecnócratas sin miramientos y una Merkel empeñada en su papel de señorita Rottenmeyer y un Sarkozy, cada vez más en su papel de subalterno real, pero luchando por aparecer como artífice de acuerdos y como el hombre que salvo al mundo. Un Superman a la francesa.
No contentos con dictar políticas de austeridad e intentar quitar la independencia en sus decisiones a los países en dificultad, los subordinados a los mercados, esto es, el tándem Merkozy (Merkel+Sarkozy), van cada vez más allá.
Después de dictar políticas que han llevado a Grecia a la ruina y a su inevitable quiebra a base de una política que sólo generaba recesión, más paro y empeorando la calidad de vida en nombre de la austeridad, ahora han dado pasos hacia adelante.
Estamos en un punto en que la política europea toda decisión es buena o mala en función del escrutinio de los mercados, en función de subidas o bajadas anormales en bolsa. Ya nada se cuestiona sobre la cohesión social, la justicia e incluso el desarrollo económico.
Y, sin embargo, para la economía real, incluso para la financiera, la actuación sobre Grecia ha sido la peor posible: no se la ha dejado caer, pero se ha amenazado constantemente con hacerlo. Y todo en nombre del riesgo moral.
Cuando la realidad es que no hay caso más clamoroso de riesgo sistémico que Grecia, y que el riesgo moral se debía aplicar a algunos bancos. Sin embargo, la actuación entre torpe o deliberadamente torpe (no se en que posición ponerme) ha aumentado la bola de nieve y ha generado peores perspectivas de futuro.
Y, sin embargo, la decisión más fácil y barata que era salvar a Grecia no se ha tomado, sin embargo si que se disponen cantidades ingentes para inyectar en los bancos para que no pierdan dinero con la bancarrota de Grecia. ¿No hubiera sido más fácil salvar a Grecia?
Pero no, había que castigarla por sus errores, sin tener en cuenta que el principal error fue que falseó las cuentas para entrar en el euro con la ayuda de Goldman Sachs (que se están haciendo de ídem con la crisis). Y que hacen los europeos, nombran como presidente del BCE a un asesor de dicha empresa. Empresa muy bien relacionada en la alta política de la UE, el BCE y en el poder económico y financiero de EE.UU.
Pues bien, después de toda esta serie de catastróficas gestiones, aparte de la política económica (a la que dedicaré otro post) ahora parece que van a por la democracia, la democracia es peligrosa.
La democracia parece que aterra a los mercados. Sólo hay que ver las pruebas: el referéndum griego ha sido presionado hasta que se ha retirado, porque no gustaba a los mercados (que importa la opinión de los griegos), el directorio europeo hace caer líderes democráticamente elegidos: primera pieza, Grecia (abatida), segunda, Italia (caído en desgracia), tercera (quién sabe); y, por último, en toda Europa empieza a haber llamadas a gobiernos de concentración (sin ir más lejos, hoy un conocido político catalán llamaba a hacerlo en España después de las elecciones). Y no resultaría raro que en nombre de la austeridad y para evitar la incertidumbre económica, un día se decidiera hacer un recorte y eliminar las elecciones en Europa, junto co aquellos valores proclamados como europeos.
Resultado de todo esto, ahora tanto el flamante presidente de Grecia, Lucas Papademos, como el casi seguro presidenciable en Italia, Mario Monti, dos halcones paracaidistas que provienen del BCE, con estrechas relaciones con las élites financieras y, por qué no decirlo, con el Club Bilderberg y la Comisión Trilateral.
Al final, va a resultar que Daniel Estulin podría tener razón con sus teorías sobre el Club Bilderberg, o quizás sólo es, como dijo Alexio Rastani:
"Goldman Sachs rules the world" (Goldman Sachs domina el mundo)
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