jueves, 2 de diciembre de 2010

Wikileaks: En honor a la verdad

La gran noticia de esta semana, acontecimientos deportivo-futbolísticos aparte, ha sido, la revelación de los documentos secretos del Departamento de Estado por parte de Wikileaks.

Wikileaks ha recuperado la esencia del periodismo, al contar las historias que nos intentan ocultar y revelar las prácticas habituales del Departamento de Estado norteamericano y sus Embajadas en el mundo. Julian Assange, como representante de Wikileaks, con la inestimable colaboración de Bradley Manning, encarna la mejor tradición periodística de Anna Politkovskaya, Carl Bernstein, Bob Woodward o Roberto Saviano al enfrentarse al poder establecido, aún a riesgo de su propia vida, en la búsqueda de la verdad y para que sea contada.

Wikileaks se ha caracterizado desde su irrupción en el firmamento periodístico por su búsqueda de la verdad, al hacer publicos los documentos sin manipulación alguna sino tal y como son y poner a disposición del público los papeles que nos querían ocultar. Independientemente del valor o la trascendencia de cada uno, su acción merece el mayor reconocimiento dado que si la información es poder, ellos son el medio más democrático de los últimos tiempos, máxime cuando para extender su mensaje hayan optado por medios elegidos por la objetividad y calidad de su información.

Han demostrado como el Gobierno de Estados Unidos utiliza sus embajadas como tentáculos de su poder político y económico para presionar a gobiernos e instituciones a su favor y ha demostrado que más que Embajadas son servicios secretos encubiertos, que cada Embajador lleva dentro un espía. Además ha mostrado el poco respeto que tiene el Departamento de Estado por numerosos jefes de Estado, incluso de países aliados.

Y demuestra lo contrario que es a sus principios de "trabajar a favor de los derechos humanos, combatir la corrupción y fomentar la democracia", con presiones a favor de sus intereses o cuando coacciona a la justicia o a instituciones democráticas en otros países.

Cabe preguntarse para que se esfuerzan tanto en extender la democracia si en los países en que esta implantada no la respetan. Y viendo las tropelías que cometen en países considerados como democracias consolidadas, ¿que no harán en el resto?

Esta visto que el problema no se soluciona con cambios de Gobierno, que esta actitud esta enquistada y se produce igual con Bush que con Obama o Clinton y hay que hacer un esfuerzo muy grande para cambiarla. Lástima que en vez de aprovechar esta oportunidad para variar su mal comportamiento, se empeñen en matar al mensajero.

En definitiva, gracias a Wikileaks por sus principios y valores y por hacer público los atropellos que se cometen a diario. Esperemos que pueda seguir haciéndolo.

¡¡¡Larga vida a Wikileaks!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo mentira. Ni siquiera cuentan la verdad acerca del 11$.