lunes, 4 de junio de 2007

Sin oposición

Hoy escribo un nuevo artículo sobre las pasadas elecciones, pero esta vez centrandóme en los resultados extremeños, dónde se ha producido la extraña paradoja de lo que no suele pasar en las elecciones, que esta vez no solo no todos han ganado, sino que casi todos han perdido.

El PP se ha quedado muy lejos del PSOE, y pese a subir, ha tenido una subida tan tímida que apenas se ha notado. Después de 8 años de Floriano, el PP está peor que antes. Y peor aún han sido las municipales.

Izquierda Unida, en su coalición con el SIEX ha perdido la presencia en las instituciones, abandonando la Asamblea de Extremadura, y perdiendo a un tercio de su electorado. Estas derrotas se han hecho sentir de manera mucho más liviana en las municipales.

El IPEX, ha pasado sin pena ni gloria, pese a sus grandes esfuerzos en ciertas localidades, cómo por ejemplo, Villanueva, dónde ha obtenido tras una campaña incesante un resultado paupérrimo. Al igual que los partidos independientes aglutinan el voto en función del candidato pero como partido no ofrecían ningún proyecto sólido.

Pero el gran triunfador de la noche fue, sin lugar a dudas el PSOE de Fernández Vara, que arraso literalmente a sus rivales. Además, el PSOE salió reforzado en las ciudades, que hasta ahora eran territorio vedado para el PP.

Estas elecciones han supuesto el fin de la dicotomía pueblos PSOE - ciudades PP. El PSOE ha conseguido la mayoría absoluta en Mérida y Almendralejo, una aplastante victoria en Villanueva de la Serena (dónde el PP extrañamente no ha hecho campaña), y puede gobernar con el apoyo de IU en Trujillo, Miajadas y Zafra, dónde IU tiene una posición decisiva, además de Plasencia y Cáceres que está en el aire, pero las cosas pintan bien para ellos. Los bastiones del PP han caído como un castillo de naipes. El PP mantiene solamente Badajoz y Don Benito pero ha perdido sus grandes bastiones, en una derrota sin paliativos.

Mención aparte merece Villafranca de los Barros, el PSOE ha obtenido una mayoría bastante abultada. Aunque desde mi punto de vista, la refinería no ha influido en las decisiones de los votantes ni para bien ni para mal.

Lo más triste ha sido el derrumbe de una Izquierda Unida que no ha conectado con el pueblo que dice representar y un Víctor Casco poco conocido aunque valorado según parece, pero que no ha sabido articular un discurso coherente más allá del Refinería NO, Térmicas NO y su negativa a las industrias extremeñas.

El PP ha perdido una gran oportunidad histórica, y Floriano no ha sido más que la sucursal de Rajoy en Mérida, sin otro argumento que la lucha contra ETA como principal prioridad para el desarrollo de Extremadura. Nunca más volverá a tener una campaña tan fácil y ha obviado su gran oportunidad.

El PSOE, y en particular, Fernández Vara, parece que ha sido el único que ha visto la importancia del momento histórico para Extremadura y los ciudadanos así se lo han reconocido. Porque si en una región con tantos problemas como nuestra región, a Floriano sólo se le ocurre criticar la política antiterrorista de Zapatero como eje de su campaña, o bien ha perdido el norte o nadie le ha dicho que estas elecciones se trataba de Extremadura.

Y así, han caído toda la oposición al gobierno uno tras otro, dimitiendo sucesivamente los líderes del PP (Floriano), IU (Casco) y SIEX (J.A Jiménez). Quizás porque se hayan dado cuenta de su error histórico. Desde luego, es digno de admiración, que reconozcan su culpa en la derrota. No han sabido ver el momento histórico de la región, pese a que les pasaba por delante de las narices. Tanta paz dejan como tan poca gloria se llevan.

Hay quién dice que en la Extremadura de hoy la oposición está hecha a la medida de los gobernantes de los últimos 25 años, y desde luego, no se imagina uno otra oposición menos coherente y extraña a la región que la que hoy tenemos o, mejor dicho, no tenemos.

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