miércoles, 12 de diciembre de 2007

Hugo Chávez y Putin: similitudes y diferencias

Hoy voy a hablar de dos personajes, líderes mundiales con grandes similitudes pero al mismo tiempo grandes diferencias.

Ambos, como expresa en su magnífico artículo “Adivine el personaje” de Moisés Naím, escrito en el periódico El País el domingo 2 de diciembre de 2007, presentan un gran número de coincidencias.

Son dos líderes cincuentones que lleva cerca de 10 años liderando su país. Ambos han acabado en gran parte con la oligarquía pero la han sustituido por: una nueva oligarquía, salida del antiguo KGB, al estilo de la época del “Partido” en Rusia, y por la boliburguesía, como se conoce a los nuevos ricos salidos de la nueva Venezuela y el culto a Simón Bolívar, alcanzando ambos niveles de riqueza y corrupción superiores a la oligarquía que les suplantó. Ambos salieron de una estructura militar (ejército y servicios secretos) a la que han sabido gratificar muy bien.

Su presidencia ha estado marcada por sus conflictos con los partidos políticos tradicionales, los grupos económicos y los medios de comunicación. Todas estas batallas las ha ganado y hoy controla casi todos los centros de poder político, económico, militar y mediático de su país.

El dominio de la industria petrolera del país, el negocio más importante de la nación, produjo duros enfrentamientos que también ganaron y hoy día ejerce el control absoluto de esa industria. Este control de la energía y de los inmensos ingresos que produce le ha permitido aumentar mucho su influencia internacional, sobre todo en países vecinos.

En ambos países el domingo 2 de diciembre hubo un importante evento electoral que, si bien no es para escoger un nuevo mandatario, es una elección que definirá el rumbo del país por muchos
años.

Y hasta aquí, las similitudes, porque el resto son grandes diferencias entre ambos líderes.

Putin es un líder de pocas palabras pero actos firmes. Quiere hacer de Rusia una síntesis de los tiempos del Partido Comunista y la KGB y de los del Zar, que tienen en común el poder absoluto y el férreo control de la oposición. Su política exterior trata de extender su influencia a los países del entorno y mantener dictaduras afines y dependientes de la antigua URSS, para crear una ilusión de todos en el mismo país. Su megalomanía la comparte con Chávez.

Chávez, en cambio, es un “showman”, que maneja como nadie los medios de comunicación con sus discursos eternos y sus golpes de efecto. Un personaje muy latinoamericano y revolucionario. Quiere hacer un país a su medida y a la de su proyecto de “socialismo del Siglo XXI”, y quiere acumular el máximo poder, pero no por la fuerza, si no, a través del apoyo y amor de su pueblo. Su política exterior se basa en su petróleo y en extender todo su proyecto al continente latinoamericano, y tiene aliados tan sorprendentes como él mismo, como Bielorrusia e Irán y todos aquellos que se opongan al “imperialismo” americano, sin importar que puedan ser dictaduras.

Chávez es un entusiasta de las elecciones, en 9 años ha convocado 5 elecciones de distinto tipo. Era hasta el pasado domingo, el presidente en activo que más comicios consecutivos había ganado. Necesita del apoyo de su pueblo, de sus “clases populares” para poder llevar a cabo su proyecto revolucionario. Putin, en cambio considera las elecciones un mal necesario, y se asegura que, igual que todo en Rusia, nada escape de su control.

Los grandes beneficiados en Rusia del mandato de Putin han salido la oligarquía y los “nuevos ricos” que han hecho que Moscú sea la ciudad con más multimillonarios del mundo y unas mínimas clases medias, pero las mejoras no han salido de la capital, y es ésta oligarquía controlada su principal apoyo, aunque no los necesita.

En cambio, en Venezuela la base de su poder son las clases populares, favorecida por sus reformas y la ayuda a los más desfavorecidos, que han vuelto a sentir (si es que antes lo habían sentido alguna vez) que existen y que se les hace sentir importantes. Éstos, a excepción de la oligarquía que rodea a Hugo, han sido los grandes beneficiados.

Y, por último, y resumiendo la gran diferencia es la oposición. En Rusia, es detenida, marginada y encarcelada, y a causa de estas presiones y de la mejora de la pírrica situación económica del país va desapareciendo, y creándose una oposición oficialista. En Venezuela, en cambio, es en origen proveniente de la gran burguesía, pero va desplazándose hacia los estudiantes y otros colectivos en la medida que su proyecto va radicalizándose.

Y, sin embargo, para la opinión pública internacional, Chávez es un dictador populista y Putin un reformador demócrata, con sus defectos, sí, pero la mano dura que necesita el Kremlin.

Juzguen Vds. mismos.

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