miércoles, 12 de diciembre de 2007

Exageraciones sobre la Constitución de Hugo Chávez

Tras las criticas que recibió en su momento la propuesta de Constitución de Venezuela, muchas surgidas al calor del incidente con el monarca Juan Carlos I de Bobón y Bobón, hay que pararse a ver cuáles eran los problemas.

Responderé a un medio, teóricamente de izquierdas, pero al mismo tiempo entusiasta monárquico y antichavista, como es el Grupo Prisa y en especial, el diario El País, que ha defendido con saña el No a la Constitución.

Como puntos calientes cabe destacar la reelección indefinida, el paso de 6 a 7 años del mandato presidencial, la función social de la riqueza y la jornada de 30 horas.

Me permito recordar que la reelección indefinida está presente en muchos países europeos, y en algunos con tradición democrática como Francia, Alemania, Suecia y también como nuestra querida España. Yo creo que a nadie le parece mal, y mucho menos a mí, que políticos de la talla de Felipe González, François Mitterrand, Helmut Kohl, Jordi Pujol, Francisco Vázquez (alcalde de La Coruña) o Pasqual Maragall, permaneciesen más de 12 años (algunos mucho más) en su puesto.

El mandato presidencial de 7 años, aunque con menos poderes, era regla normal en Francia hasta hace no demasiado tiempo y no por ello el país galo deja de ser admirado por su democracia, hecho compartido por dichos medios.

La reducción de la jornada es una reivindicación histórica de la izquierda mundial y no son pocos los que admiran a Francia como “el país de las 35 horas”. Las 30 horas semanales es sólo ir un paso más allá, aunque no creo que debiera establecerse en la Constitución, sino en leyes que pudieran ser rectificadas.

Finalmente, la función social de la riqueza está establecida en nuestra Constitución, y nadie, y mucho menos estos medios, ha criticado este aspecto de nuestra Carta Magna.

En resumen, que la susodicha Constitución por estos motivos no es tan mala, ya que en varios países, especialmente, Francia, ejemplo de democracia, podría tener un encaje legal esta Constitución.

De todas formas, yo la rechazaría porque me parece mal un mandato presidencial tan largo, los poderes del Presidente aumentan mucho, desaparecería la autonomía del Banco Central y no se puede poner un programa político como Constitución. Sin embargo, me parece bueno y sano democráticamente que se den más poderes para que el pueblo los ejerza libremente, siempre que los utilice sólo el pueblo.

Por último quiero señalar que en Venezuela ni Chávez ni oposición tienen superioridad moral puesto que ambos han dado golpes de Estado, así que están en una situación de igualdad moral.

Además, quiero aclarar que soy un lector asiduo de El País y que comparto la gran mayoría de sus postulados ideológicos y admiro la contribución del progreso democrático del Grupo PRISA. Sin embargo, en esta ocasión y en una línea editorial bastante repetida en las últimas fechas, creo que yerran el tiro.

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