miércoles, 12 de diciembre de 2007

La frustrada reforma de Chávez

Venezuela dijo “NO” a la reforma de Chávez. Una victoria, pírrica eso sí, pero victoria al fin y al cabo. Quizás haya sido el mejor resultado posible para la paz social en Venezuela. A Chávez, le honra el haber aceptado la derrota, pese a que lo ha hecho con su insustituible sarcasmo. Esto demuestra que no es tan “tiránico” como le pintan.

Y es que gracias a esta victoria, Venezuela ha dicho que no quería una reforma que plantea un programa de gobierno que nunca puede ser una Constitución, que debe de tener un mínimo consenso con la oposición. Y además, obligará a Chávez a moderar el tono y le demuestra que no tiene poderes ilimitados sobre Venezuela y le obliga a volver a planteamientos más moderados, o al menos, no tan radicales como tenía últimamente.

Pero en Venezuela, ni Chávez es tan malo como tratan de ponerlo algunos medios –en especial El País- que parecen tenerle una aversión terrible, ni la oposición es tan buena. Los defectos de la oposición se vieron notablemente en el golpe de Estado de 2.002.en primer lugar, usaron un medio tan poco democrático como un golpe de Estado para deponer un presidente, con sus más y sus menos, elegido democráticamente. Después, eligieron como representante a un hombre tan poco identificado con el pueblo como el presidente de la patronal. Y este dijo que no convocaría elecciones hasta 4 años después. Al final, hubo que hacer un contragolpe de Estado y volver a poner a Chávez de nuevo.

Afortunadamente, la oposición ha mejorado desde el aciago golpe, y ha integrado a algunos elementos democráticos en su movimiento e incluso algunos antiguos aliados del chavismo, algunos muy próximos, a medida que avanza su deriva en el poder y en las formas.

Porque Chávez en el fondo, y sobre todo al principio no es tan radical como aparenta ser sino que es más bien pragmático, ya que las relaciones comerciales bilaterales con el imperio están en un momento álgido, el padre de quién según él “huele a azufre” (George W. Bush) veranea en las apacibles playas del caribe venezolano y la oposición en su primer mandato fue respetada. Sin embargo, en su segundo mandato las cosas han cambiado y se ha ido radicalizando en sus actuaciones, lo cuál no era necesario puesto que tenía un gran apoyo popular, que va perdiendo poco a poco.

Sin embargo, el No a la Constitución supone un duro golpe para Chávez. Por un lado, le da legitimidad internacional que supone poder perder como todo demócrata, pero supone un espaldarazo para la oposición. El antichavismo se refuerza, pero la oposición adolece de falta de liderazgo. Además hay muchos que son partidarios de Chávez pero no de la Constitución.

Así Chávez se equivoca cuándo plantea plebiscitos con él o contra él, pues si bien es cierto que aún tiene mucho apoyo hay muchos que están contra él. Y eso se le puede venir en contra cuándo haya un referéndum revocatorio, figura instituida por él que puede acabar con su mandato.

Hugo puede perder si hay un apoyo colectivo contra él, pero gana en popularidad contra cualquier líder que se presente. Hay quién dice que debería dimitir tras perder el referéndum, pero unas elecciones ahora no creo que sean buenas para nadie, puesto que coge a la oposición sin candidatos ni programa, Chávez no podría presentarse y en sus filas nadie puede sustituirle. No sería bueno ni para la oposición ni mucho menos para Venezuela. Además hay que recordar que las últimas elecciones fueron hace muy poco.

Chávez está herido, la oposición envalentonada y con más apoyos que nunca, pero hasta 2.010 no hay más elecciones y podría permanecer en el cargo hasta 2.013. Aún tenemos Chávez para rato. Aunque hay una cosa clara: no puede haber chavismo sin Chávez, al igual que todos los régimenes personalistas, así que si no puede presentarse a su reelección, su revolución acabará diluyendose.

Algo me dice que seguro que “el volcán de Sabaneta” nos tiene aguardadas aún muchas y muy variopintas (o estrafalarias) sorpresas.

No hay comentarios: